La venta de coches eléctricos sigue en aumento, a mediados del 2019 los datos mostraban un incremento del 132% respecto al mismo periodo del año anterior. Cada vez hay más marcas que se suman a esta nueva tendencia y que están invirtiendo grandes sumas de dinero en el desarrollo de coches eléctricos y en la adaptación de sus modelos anteriores a este tipo de vehículos.
Pero no sólo esto, el surgimiento de nuevas políticas anticontaminación y la posibilidad de la futura entrada en vigor de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética son factores importantes por los que los coches eléctricos abundan cada vez más en nuestras calles. Este anteproyecto de ley establece la intención de poner una fecha límite a los vehículos ligeros de combustión para el año 2050 en España. Turismos y vehículos industriales ligeros deberán ser, dentro de 30 años, libres de emisiones de CO?.
La transición energética será, sin duda, el futuro del sector de la automoción por eso, te contamos tres claves debes saber sobre los coches eléctricos:
1. Autonomía de las baterías
Aunque los primeros coches eléctricos tenían una autonomía muy limitada, los avances tecnológicos han permitido grandes mejoras tanto en su autonomía como en sus prestaciones. Ahora muchos de los modelos disponibles a la venta ya superan los 300 km de autonomía eléctrica, y existen también modelos que llegan a superar los 500 km.
Las baterías de estos vehículos suelen tener un precio bastante elevado, pero hay que tener en cuenta que las mejoras en las baterías avanza a pasos agigantados y que buscan el aumento de la autonomía de la carga, manteniendo un reducido tamaño y peso.
Los nuevos modelos presentan una vida útil muy larga y en el momento de la compra ya cuentan con una garantía específica del fabricante que determina una duración de hasta 8 años. En el caso de que la capacidad de la misma se vea reducida antes de dicho tiempo, muchos fabricantes ofrecen el cambio gratuito de la batería.
2. Puntos de recarga y tiempo que tardan en cargarse
Como decíamos en el anterior punto, en los últimos años las baterías han vivido un gran salto tecnológico que ha permitido aumentar tanto su autonomía como la velocidad a la que se cargan. Ahora mismo, la oferta de vehículos eléctricos disponibles en el mercado es perfecta para uso urbano o para utilizarlo durante el día y al llegar a casa por la noche dejarlo cargando el tiempo que haga falta. Ahora bien, para trayectos más largos, puede resultar algo más incómodo.
Pero ¿exáctamente cuánto tarda en cargarse? Pues, lamentablemente, no podemos determinar un tiempo único de carga de los coches eléctricos, ya que existen tres velocidades diferentes que varían en función del modelo del vehículo y de la batería que lleve, del tipo de punto de recarga y de la potencia de corriente que tenga dicho punto:
Aún queda tiempo, como vemos, para que se extiendan los puntos de recarga más rápidos, pero sí que debemos destacar que ahora mismo la distribución en España de los puntos de carga eléctrica en general es bastante dispar y descompensada en según qué sitios.
De todas formas, se pretende que para dentro de 22 años no haya más de 100 km de carretera sin uno de ellos. Así pues, cada vez contaremos con más puntos donde recargar las baterías de nuestros coches eléctricos, no sólo en nuestras calles, si no también en gasolineras, sumándose a los 4.545 que hay ahora mismo en nuestro país, muchos de los cuales se pueden encontrar fácilmente desde la aplicación para móvil de Bip&Drive, que incluye su localización, información sobre los puertos de carga disponibles así como del tipo de conector del que dispone.
3. Altos precios de venta (pero que a la larga compensan)
Es bastante fácil entender las razones por las que los coches eléctricos resultan algo más caros que los de gasolina o diésel a la hora de comprarlos: las baterías tienen un coste elevado y el coste de fabricación de un coche eléctrico es mayor que el de los coches convencionales. Al haber menos demanda de este tipo de vehículos, los costes se elevan pues no es lo mismo fabricar grandes cantidades de coches de combustión al año, frente al número reducido de coches eléctricos que se demandan. Seguramente con el tiempo, los precios irán bajando según aumenten las ventas.
Pero, aunque de primeras tengamos de desembolsar más dinero por el coche, a la larga estaríamos ahorrando en muchos factores:
No sólo ahorramos en impuestos, mantenimiento y combustible, sino que en diez años amortizaríamos con creces el precio del vehículo. Sin olvidar que estaríamos siendo mucho más respetuosos con el medio ambiente.
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